El Nuevo Estilo de Relaciones (NER) es un conjunto de ideas, valores, prácticas y herramientas de gestión muy innovadoras. Si bien es cierto que cada vez hay más empresas, asociaciones de profesionales y colectivos diversos que están promoviendo y poniendo en marcha algunos elementos y prácticas en esta misma longitud de onda, lo cierto es que el NER, tomado en su conjunto, representa un cambio profundo y radical -en el sentido de que nace desde la raíz- del modelo de empresa tradicional.

Por eso, en muchas ocasiones, personas y empresas interesadas en conocer más en profundidad el NER, nos preguntan por ejemplos o prácticas similares a nivel internacional, buscando el refrendo o la confirmación en otros lugares.

Lo cierto es que existen numerosas corrientes de pensamiento en el mundo de la empresa y de la economía que tienen rasgos en común con el Nuevo Estilo de Relaciones; podemos sentirnos próximos a conceptos como los de la Economía Alternativa y Solidaria, la Economía del Bien Común, la Economía Circular, la Economía Colaborativa, la Economía Abierta y también a propuestas más concretas y cercanas como las de Euskalit (Modelo de gestión avanzada 2015), ALE (Modelo inclusivo participativo vasco de empresa) o ASLE (Epartaidetza).

La referencia con la que, sin ninguna duda, nos sentimos más identificados es la de las ‘Organizaciones TEAL’, expuesta por Frederic Laloux en su libro ‘Reinventando las Organizaciones’, recientemente editado en castellano y cuya lectura os recomendamos vivamente.

La afinidad de las organizaciones TEAL y las organizaciones NER no viene solo por las prácticas concretas, sino especialmente por los valores y el trasfondo por el que se desarrollan esas prácticas, algo que no hemos encontrado con tanta sintonía hasta ahora.

A lo largo de casi 500 páginas, Frederic Laloux desgrana las experiencias de 12 empresas de ámbito internacional a través de las cuales destila una serie de valores y de prácticas comunes que hacen de estas organizaciones la vanguardia de la evolución empresarial.

Solo como aperitivo, el estudio de Laloux llega a la conclusión de que hay tres grandes innovaciones en estas organizaciones que hacen que se sitúen en un estadio más avanzado que el resto:

  • El propósito evolutivo: la empresa pasa de ser una maquinaria de relojería a un ser vivo, un ecosistema en la búsqueda de la armonía y de lograr su propósito.
  • La plenitud: las personas pasan de ser engranajes de la maquinaria -mano de obra- a seres en toda su plenitud, es decir, seres que no solo hacen, sino que también sienten y piensan.
  • La autogestión: las relaciones pasan de la jerarquía a la libertad y la responsabilidad individuales, poniendo en cuestión todas las herramientas de gestión utilizadas habitualmente.

La afinidad con el Nuevo Estilo de Relaciones es absoluta. Leyendo las prácticas concretas, e incluso el lenguaje utilizado, se descubre cómo en diferentes momentos y lugares un puñado significativo de empresas está recorriendo caminos muy similares sin tener relación entre sí y con poco más que su propia intuición, la fuerza del convencimiento y la coherencia con lo que cada cual quiere hacer en este mundo.

En definitiva, estamos construyendo un futuro que ya es presente y lo mejor es que no lo estamos haciendo en solitario.