k2K Emocionando

… cuchara de palo”, dice el refranero popular.

Durante las últimas semanas hemos pedido a distintas organizaciones NER que abran sus puertas para contar, desde el interior, su experiencia de implementación del Nuevo Estilo de Relaciones. Pensamos que ahora toca abrir las puertas de K2K Emocionando para contar cómo trabajamos y funcionamos desde dentro, dando así la vuelta al refranero.

K2K Emocionando es una organización pequeña formada por siete personas. Nuestro rasgo principal es que tratamos de ser una organización diferente, no solo en lo que hacemos sino en nuestra propia forma de ser.

La primera característica diferenciadora es que no tenemos un lugar de trabajo fijo, como suele ser habitual; no tenemos una oficina, despachos ni secretarias (el género en este caso no es neutral), ni preciosas salas de reuniones donde impresionar a la clientela. Trabajamos en casa de nuestros clientes porque no solo decimos lo que hay que hacer; nos ponemos a hacerlo y actuamos codo con codo con la gerencia de la empresa o, si el proyecto lo requiere, la asumimos temporalmente.

Cuando necesitamos celebrar una reunión, o tenemos que hacer un trabajo individual, lo hacemos igualmente en alguna de las organizaciones con las que colaboramos, especialmente en Trebeki o en Icaza Colaborando. Esto, además de permitirnos tener una estructura ligera, elimina toda tentación de establecer un estatus entre nosotros o frente a otros: nada nos ata a un espacio físico, nada nos diferencia por el tamaño de despacho o por la calidad del mobiliario.

Internamente no tenemos cargos. No hay asesores senior, ni junior, ni directores, ni CEO, ni ningún signo de jerarquía. Todas las personas percibimos la misma retribución, independientemente del trabajo concreto que estemos realizando o de los clientes a los que cada cual atienda en cada momento. No tenemos carteras de clientes personales; todos los clientes son comunes y les atendemos buscando un criterio de equilibrio de esfuerzos, cercanía geográfica y adecuación de la experiencia.

No tenemos funciones o tareas preestablecidas. Lo que hay que hacer lo hace quien quiere hacerlo en cada momento. Cuando surge una nueva necesidad, siempre hay alguien dispuesto/a a acometerla; cuando alguien tiene una idea para desarrollar cuenta con el espacio, el tiempo y los medios para llevarla a cabo. No tenemos ningún procedimiento establecido, lo hacemos de manera natural.

Sabemos todo de todos y todas. Nos comunicamos permanentemente vía teléfono, mail o whatsapp y nos reunimos con frecuencia -según los proyectos que tenemos entre manos-.  Procuramos trabajar por parejas, siempre que sea posible, para tener un mayor intercambio de experiencias y pareceres. Compartimos agenda semanalmente para saber de los/as demás, ayudarnos y sentirnos cerca en el propósito, aunque estemos lejos en lo geográfico.

Entre nosotros/as somos apasionados, debatimos e intercambiamos opiniones con energía y convicción, a veces incluso de manera un tanto caótica, pero siempre desde el gran cariño y respeto que nos tenemos tras más de una década de trabajo en común.

En definitiva, somos un pequeño equipo que comparte un mismo sueño: lograr un desarrollo humano, justo y sostenible. Trabajamos con toda nuestra pasión, nuestra inteligencia y nuestra experiencia para hacerlo realidad.